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manuela

con F de femenina

Pagando deudas

Pagando deudas Hacía tiempo que no sabía nada de él. Ya no viene a mi mente tan asiduamente, pero esta siesta por no poder conciliar el sueño, me imagino que por verme desvelada ha venido a verme.
Tenía yo catorce años cuando conocí a Jesús. Aquella primavera me había cortado las coletas y pasado de llevar vestidos de vainicas y lazos a usar minifalda de volantes en tonos fucsia y el pelo a lo Ana Torroja (la imagen de cuando estaba en Mecano)
Jesús era el penúltimo de diez hermanos. De los nombres de los demás apenas me acuerdo pero sí de los más pequeños y luego verán el por qué.
Mis primas siempre fueron "más listas" que yo, ya les digo que con catorce años me vestí de chica moderna por primera vez. El año anterior yo ya le había fichado, pero no cuenta porque él ni tan siquiera había reparado en mí. Pero este año, este verano todo sería diferente. De entrada mis primas me dejaron unirme a ellas por ir vestida de una manera más parecida a ellas y por haber osado cortarme las coletas, abandonar los lazos y ponerme algunas mechas rosa fucsia.
Bajamos una tarde, que imagino sería la del primer viernes del mes de agosto, preparadas para ir a la discoteca. ¿Que no teníamos edad? Ya, claro, pero es que la discoteca era de uno de mis tíos y nos dejaban entrar. Mi prima Rufi, algo más pequeña que yo, salía ya desde hacía dos veranos con Pablo, el menor de los diez hermanos. Menchu, otra de mis primas estaba, esta de continuo porque vivía allí con Miguel, creo que era el nombre del cuarto menor. Y Lolita, un poco mayor que nosotras, salía con Julio, otro de los hermanos, el tercero empezando por el menor, ya saben.
Se decía que eran chicos de mala reputación. Pero sencillamente eran chicos que venían de un pueblo de San Sebastián y que tenían otras costumbres más avanzadas que las de la aldea de Córdoba en la que se instalaron.
Todos, todos adoraban a su madre. Ya ven, los diez hijos varones, en busca de una chica dale que te pego, intenta que te intenta. Pero yo sé que ellos la adoraban creo que mucho más que cualquier hija a su madre.
El caso es que aquel verano, recién estrenada mi adolescencia y mi imagen de chica moderna Jesús se fijó en mí, pero no sabía que yo era la de las coletas y lazos del año anterior. Mi primer amor, no voy a decir que novio, pero sí el primer hombre del que me enamoré. Tendría él dieciséis o diecisiete años, para mi un hombre hecho y derecho. Tenía los ojos con un brillo especial y una sonrisa cautivadora, el pelo tieso, tirando a rubillo.
Pasé aquel verano como nunca antes lo había pasado y se acabó aquel mes de vacaciones en un suspiro, no nos dio tiempo a querernos más que veintiocho días. Al volver a Bilbao todo absolutamente todo el trayecto lo hice llorando, ochocientos cuarenta kilómetros de lágrimas más los días posteriores. Cartas iban y venían desde Córdoba a Bilbao. Ese año acumulé tantas cartas y lloré tanto...
Lo mismo que el escaso mes de estar a su lado se me escapó sin darme cuenta los once meses restantes se me multiplicaron por dos mil. Qué año tan largo, las clases nocturnas en el instituto me ayudaron pues eran otra actividad nueva en mi vida y eso daba mucho juego para contarle cosas y vivencias. Pasó el siglo de once meses y volvieron las vacaciones, mi prima Rufi que también residía en Bilbao se había buscado un noviete aquí, reservaba a Pablo para los veranos solamente, pero yo no valgo para eso, que para todo hay que valer.
Volví a Córdoba al pueblo y la misma tarde de mi llegada quedamos Jesús y yo. Joder, yo nunca antes me había enamorado. Pasamos la tarde llorando, sentados en el rebate de una casa vieja abandonada y contándonos lo que ya por carta nos habíamos contado mil veces, recordando lo doloroso que era la ausencia del otro. Ese verano fue incluso mejor que el anterior, porque ya sabíamos que nos queríamos, y eso hace las cosas más fáciles. Acudíamos las primas y parte de la bandada de hermanos a la discoteca de mi tío y una vez dentro hasta nos besábamos. Bueno, nos besábamos y descubríamos que las caricias en el brazo son erógenas, aqunque entoces tampoco sabíamos lo que era erógeno. Una noche de disco, se le ocurrió entrar a mi tío a dar una vuelta por allí y adivinen el cuadro que se encontró. Sí claro, las tres sobrinas y su hija acurrucaditas con los modernos esos. Nos miró pero no nos dijo nada, se fue. Madre del amor hermoso ¡la que se lió!. Cuando estaba mi tío cenando, yo, que siempre he sido de ir muy de frente me le acerqué y le pregunté si se lo diría a mi madre, no me contestó. No se lo dijo.
Pero claro en verano, con las calores que teníamos, yo al menos, provocadas por el sol y por la edad me dejé hacer un chupón en el cuello. Sí, un chupón, y encima acojonaita por si me quedaba embarazada con el chupón, bendita ignorancia. Mi madre me pilló, y ahí sí que me llovieron los guantazos de todos los colores ¡su hija con un chupón en el cuello! ¿Y qué coño esperaba, si no le dejaba bajar del cuello?.
A escondidas, más a escondidas que nunca, seguimos viéndonos Jesús y yo. Y si el año anterior lloré en la despedida y en el viaje este pueden imaginarse. Yo me quería morir si no podía estar a su lado.
Volví a Bilbao, el cartero empezó a tener trabajo extra, eran dos o tres cartas semanales. Un día sonó el teléfono, era mi prima Lolita. Nadie se atrevía a decírmelo, así que ella me llamaba. A Jesús le habían matado.
En las fiestas de un pueblo cercano habían pillado a uno de sus hermanos con costo, con chocolate, yo no sé si Jesús fumaba cuando no estaba conmigo, pero yo nunca le vi. A lo que iba, le habían pillado y le habían detenido. Jesús y Pablo al ver la movida fueron tras los guardias que se llevaban al otro miembro del clan dándole calor a base de golpes. Mira por donde, a uno de los guardias se le escapó un Me cago en tu puta madre, y claro eso a estos chicos era como ... como que ambos hermanos menores se les echaron encima a los guardias dispuestos a merendárselos. Uno de los guardias sacó una navaja y a navajazos me lo mataron.
Durante años cada vez que he ido al pueblo, he ido a verle al cementerio. Muchas veces se me ha venido a la cabeza. Hacía mucho tiempo que no le pensaba, quizás por que el corazón se me enamoró de Oz, pero esta tarde no sé por qué me lo he pensado y he querido contarlo antes de que el paso del tiempo me desdibuje más las cosas, las caras, los nombres y los sentimientos. Muchas veces cuando las cosas se me torcieron estando sola y él muerto se las conté a él, y aunque ya no lo hago, creo que se merecía este recuerdo.

Sissí, ¿o no?

Hay que ver qué mala imagen tienen ustedes de mí, sí, de mí. Claro, se creen después de haberme leído que soy ruda, áspera. Eso de que lleve navajita en el bolsillo despista claro, lo del camión descoloca lo entiendo. Eso de que trabaje cargando cajas de más de veinte kilos... No, no llevo palillo de dientes en la comisura de la boca locos. No sé qué feria os habéis montado pero nada, no tiene nada que ver conmigo.
Yo de mayor quiero ser una chica almdóvar, que decía el otro, pero ya ven me quedé en proyecto de mujer fatal. Si es que para ser mala y desvergonzada hay que valer y yo, como mucho, valgo lo mismo que La Revoltosa, la gaseosa digo, que cuando la abres pssss se le va toda la fuerza por la boca, de la botella .
A mí lo que de verdad me habría gustado es vivir en los tiempos de Sissí.
Sí, así con esos vestidos con taaanto vuelo y esos encajes, y esos peinados y esas joyas, y esos abanicos, y esos mensajes cifrados con ellos.
¡Ay! Esos bailes, esos valses, esos hombres uniformados, esas mujeres tan ceñidas en sus corpiños. Oiga, que no había gordas, que lo sé yo, que no salen en las pelis. Y ese aspecto de fragilidad y esas melenas y esos perfumes y esas doncellas, que si ven para acá, que si ponme, que si quita.
Y esos jardines por los que pasear con el amado de turno, apoyado mi brazo en su brazo. Si es que me veo, me veo y no me reconozco con mi sombrilla con volantitos en derredor, al lado de mi Oz, él con su apuesta figura, yo con mi cuerpecito de Eva Nasarre, y paseando mientras él va diciéndome requiebros, envueltos en mil perfumes embriagadores por jardines con recónditos lugares, donde de vez en cuando, él se atreva a con sus labios rozar mis labios, aprovechando la escasa vigilancia de nuestros padres. ¿A que ustedes también me ven? Claro, ya lo sabía yo. En fin.
A lo que iba, que a mí me había gustado eso, pero claro, cuando se lo comento a él me dice severo:
- ¿Tú sabes que en ese caso habrías de ser sumisa y sólo pasear conmigo con vigilancia y casarte con la persona designada por tus padres fuese o no fuese yo? ¿Tú sabes que no te ducharías todos los días, no fumarías y no podrías palmearme el trasero cada vez que te diese la gana ni pasearte en calcetines por la casa?
Ahí, ahí es donde yo recapacito y me devuelvo a la realidad.
Y ¿saben ustedes? A lo mejor eso de tener que ir apretá en el corsé no me molaba, ni lo de tener que acatar la voluntad de mis padres, y después esposo, sumisa. No, no me veo yo sin poderpalmearle el trasero a Oz, ni sin poder ir dando saltitos en calcetines por el pasillo de casa. ¿Y el cigarrito del café, eh? ¿Y el poder mascullar desde el camión eso de "mujer tenía que ser"?
¿Y para orinar con tantas capas y vuelos? ¿eh?
Que no, que me prefiero como me ven así, en vaqueros.

Feliz día de la tomadura de pelo

Feliz día de la tomadura de pelo Tres y media de la mañana , suena el piiii despertador, manotazo. PiPiPiPi PiPiPi PiPiPiPi PiPiPi El otro jodío despertador, asomo mi cuerpo a ese gélido ambiente de fuera de las mantas, apago el puto despertador y me lo llevo a la cama, me abrazo a Oz.
Piiiiiiii resuena el despertador del manotazo, me levanto y comienzo a vestirme por toda la casa, asusto mi cara con agua fría y la cubro de crema hidratante, me peino ¿me he peinado hoy?, no me acuerdo. Pillo un actileches de la nevera y salgo a la calle.
El camión está aparcado allá lejos y me cruzo con dos de los habituales de esta hora, pero joder, se ha parado un coche a mi paso por la glorieta y no me suenan. Agarro el teléfono móvil simulando estar hablando con alguien, se baja un menda del coche- sí ya voy, ya llego- no hablo con nadie pero el menda ese no lo sabe. Ah joder, que sólo iba a sacar pelas del cajero de la BBK. Leches con la gente, qué sustos da.
LLego al camión, subiendo que es gerundio y camino de MercaBilbao que me voy. Qué frío hace, esto en vez de calefacción lleva aire frío. Al entrar en la cafetería del merca hago un gesto con la cabeza y el camarero me da los buenos días mientras prepara mi corto de café y leche templada. No hay que hablar, eso es una maravilla. Hago la lista de la compra mientras disfruto de el cigarrito y el café. Al salir dejo sobre la barra 1.05 €, le dedico una sonrisa a quien me cobra y un hasta luego guapo que suele ser respondido con un hasta luego Manuela.
Este mercado está cada vez más triste. Las heladas hacen que las verduras escaseen y las frutas de temporada hayan perdido fuerza y calidad. A ver ahora cómo leches me las ingenio yo para llevar buen género a la tienda y que no se dispare el precio.
Un kilo de vainas ( judías verdes) valen 7€ , ni de coña me llega a mi el dinero para eso. ¿Y las alcachofas?. "El pequeño" (que mide casi dos metros y es de un diámetro indefinido pero grande) me pide por las alcachofas a 2€ - anda peque, que no hay manera ¿a 1.5€ no te puedo echar alguna?, venga hombre que no te voy a comprar muchas, que las vean solamente.
Entonces es cuando el pequeño empieza a cantar a voz en grito eso de :
Que alegría cuando me dijeeeeron
Vamos a la casa del señoooorrrrrrrrr - Echa alguna pero no muchas que lo mio contigo es como una obra de caridad.
Ahora he de pelearme con el calvito, que el jodío me cobró ayer mal, en vez de destararme los tomates a 0.700g me los destaró a 0.600 y eso por 22 cajas a 1.5€ son casi tres euritos que por error me cobró de más, digo yo que habrá sido por error.
Las lechugas están quemadas por el frío, así que para buscar veinticuatro cajas decentes he de mover algo así como sesenta.
Este jodido frío y la humedad del río se meten en los huesos. En el otro pabellón están los hombres más asalvajaos, en vez de entonar cantos eclesiásticos te pueden decir que si estás de obra y claro, tú te miras (ya me he manchado seguro)- ¿dónde estoy manchada?- No, guapa no estás manchada, pero tienes un polvo... Y ese es de los simpáticos.
Maniloto gafotas, así apodado por mi, tiene unos cincuenta años, calvito y gordito siempre con una sonrisa amable pero inflexible en la negociación de precios. Es formal y me agarro a su brazo mientras tratamos de manzanas golden. Al lado está el Clark Gable, un hombre bien puesto y de medio fiar, cuando no te mete las narajas heladas o las mandarinas secas.
Las cajas de naranjas sobre pasan los veinte kilos, unos veintidós, moverlas es cosa de hombres o de mujeres necesitadas (este es mi caso) lo mismo pasa con las manzanas. Las putas cajas que me revientan la espalda y dañan las muñecas, luego me duelen y he de usar muñequeras.
Una vez comprado el género, nueces, peras, berzas, uvas blancas, uvas negras, pimientos ... en fin todo aquello que se encuentra en una frutería normal es cuando un chico me lo lleva hasta el camión y yo comienzo el recorrido de todas las taquillas para pagar el género comprado.
Camión cargado, facturas pagadas vamos a la tienda donde entres Superwoman, Spadierwoman la jefa (yo ) y Gus descargamos el camión y comienza la faena.
En este momento es cuando yo subo a casa a tomarme un café con Oz, por cierto cielo a ver si es posible que muevas el culo de la cama antes y me lo hagas tú a mi en vez de yo a ti. Aprovecho para mirar el correo y me las repiro echando leches a la tienda a ponerme a atender.
Entonces es cuando me planto la sonrisa y
-Buenos días señora, qué le pongo-
-¿y qué más?
-¿más?
-Buenísimas, las lechugas son buenísimas
- Claro, los pimientos de asar lisos, uniformes ¿ah que los quiere entreverados? bien.
-Las patatas 5k 1.40 euros, sí están caras.
-¿y qué más?
-¿más?
-Son tantos euros, espere que le reparto el peso en dos bolsas que lo lleve mejor.
Una vez y otra y otra. Joder qué frío hace en la tienda, y otra vez.
Así hasta las dos.
En casa cuando llego a esas horas Oz anda trasteando en la cocina y yo la verdad preferiría dormir a comer, pero como.
Trago y mal mastico corriendo para irme al sofá a estirar la espalda y entrar en calor tapada con la manta. Echo la siesta y a eso de las cuatro y cuarto Oz me llama. A las cinco con el café tomado me bajo para la tienda. A las ocho vuelvo a casa.
¿Que está sin fregar? que esté, me importa una mierda.
¿Que la ropa que se tendió en los radiadores el domingo aún esta? ¿y a mi qué?
¿Que la encimera tiene grasa? No me toquen los cojones.
No pienso hacer nada más, que estoy harta de ser mujer trabajadora y cagoentolobarrío la mierda de igualdad cada vez me jode más.
Mientras nosotras trabajamos como mulas fuera (dentro juro que no tengo fuerzas) ellos siguen con su ceguera selectiva.
Anda ya y que les folle un pez.

Conversaciones sobre ruedas

Conversaciones sobre ruedas En el viaje de vuelta tras llevar a la suegra de Oz a su casa (840 km de ida y otros tantos de vuelta) le digo a mi queridOz.
-Cariño, en todo el viaje de ida has estado silencioso, hoy no me has dicho que me quieres- cómo coño se le puede decir eso a un hombre que hace 1680 km en un día para darme gusto.
- Tú tampoco me lo has dicho.
-Ya, pero te hice café esta mañana.
-Y yo me lo tomé sin desconfiar.
Acto seguido el susodicho se puso a silbar aquello de:
"...Yo tuve tres maridos
y a los tres envenené
con unas cuantas gotas
de cianuro en el café ...."
¿A que es adorable?

Coquetería femenina

Coquetería femenina Ya saben ustedes que en mi indumentaria habitual nunca jamás faltan en mi riñonera una navajita y el encendedor, que parezco un muestrario de ropa de abrigo en invierno, ya ya. Pero claro una también tiene su lado más coquetuelo, ese con el que me gusta seducir a Oz y por supuesto a mí misma.
Así que de vez en cuando, siempre en festivo y con toda la noche por delante, saco las pinturas de guerra y me someto a una sesión de restauración de feminidad.
Lo primero es lavar la cara y aplicar una mascarilla nutritiva e hidratante a base de: dos cucharadas de yogurt natural, dos de miel, y si tienes la piel seca menos de media (de café) de aceite de oliva; lo dejas unos quince minutos y después la retiras. Yo suelo quitármela al entrar en la ducha. Una buena ducha, como esas de Tautina, en la que no puede faltar un guante de crin para eliminar células muertas y suavizar la piel. Para rematar la faena, y tras el úlimo aclarado, uso un poco de aceite de almendras, que confiere a la piel suavidad y nutrientes necesarios.
Fuera de la ducha, por dios qué agusto me he quedado, bien sequita e hidratada la piel del cuerpo me centro en la cara.
La cara, ese espejo del alma donde se reflejan, a saber:
los cabreos,
los malos ratos,
las penas,
los madrugones,
las ganas de cometer ozidio cuando me levanto y dejo al susodicho en la cama,
el frío matutino,
las vueltas para aparcar el jodío coche en este condenado barrio,
las caritas de pena de Linda que dice que no la saco de paseo,
las horas de ojos fijos en la pantalla del ordenata haciendo mil cosas,
en fin, todo eso y mucho más que deja huella como el Brumel de los machos cabríos.
.
Pues bien, empieza el delicado proceso aplicandose sobre la superficie a tratar una buena capa de crema base hidratante ¿os dáis cuenta de que la base de la belleza es la limpieza e hidratación?, decía que una vez aplicada la crema paso al proceso de eliminación de ojeras con un corrector "Correcteur Concealer" de Chanel, pasando acto seguido a la aplicaciónde una capa de TEINT COMPACT CRÉME UNIVERSEL- Found de teint fondant (como el chocolate) multivitaminé- SPF15- 40 beige-, también de Chanel aplicándolo con suaves golpecitos de esponja (ajdunta en el estuche del producto).
Paso tercero o brocha propiamente dicho: JOUES CONSTRASTE- fards à joues poudre (lo de podre me mosquea)- 03 brume d`or, también de la casa francesa antes mencionada, aplicando con un aplicador pequeño en la zona pomular, nasal, y en fin en todas aquellas partes de la superficie donde se quiera crear sensación de sombra o profundidad; pasando después otra brocha más gruesa para esparcir un poco el producto aplicado, evitando concentraciones no deseadas.
Pasamos a los ojos, esos ojos enamorados, esos ojos expresivos, esos ojos...( joder, qué bien me han quedado con el corrector) lo primero es la raya, o eye liner, trazada en la parte interna del párpado inferior realza mucho, marca, y máxime con la de capas que lleva ya la cara, la profundidad de la mirada. Dicen, que la aplicada en el parpado superior más aún, pero yo no he sabido nunca hacer eso. Seguimos con la brocha, ahora en los párpados superiores aplicamos los colores deseados tratando de combinar el color de la pupila, dices clavando tu pupila en mí.., eso no es aquí creo, perdón, y aplicamos sombras multicolorines procurando que las zonas móviles del párpado vayan en tonos más oscuros y las fijas en más suaves rematando la faena aplicando un toque suave de blanco por la línea que roza la ceja. Por fin, y para acabar con los ojos, se aplicará un poco de MagnaScopic- Maximum Volume Mascara- 01 black-Estèe Lauder, o sea el rimel que confiere a las pestañas esa largura con la que soñamos, y que si te descuidas y abusas del producto te hace horrible porque se te forman pelotitas.
Los labios, ese obscuro objeto de deseo: Primera fase, el dibujo a mano alzada del contorno, trasnformando las imperfeciones (léase labios delgados) en frutos apetecibles, cándidos a la vez, como si por esa boquita no hubiese salido en la vida palabrota alguna y siempre dispuesta a una sonrisa. Decía, que me pierdo, que se dibuja el contorno de los labios y se pasa al rellenado de dicho contorno, o sea, a pintar los labios propiamente dicho, con la ayuda de un pincel y MATE SILK LIPSTICK ROUGE MAT SOYEUX- 11- cx351- Giorgio Armani- París-, o sea, la barrita de labios. Una vez pintados los labios, con el lapiz que usamos en el contorno de los mismos, damos un repasito.
Creo que ya está, por dios, no parezco ni yo misma. Hay que ver qué mujer tan guapa hay en ese espejo. Ah sí, el perfume y los abalorios.
El perfume depende de la ocasión, evitando siempre el Gala de Loewe, que me lo regaló el cuñado cura y me da respeto, quizás ANGEL de Thierry Mugler, la indispensable Chanel 5 de aquí vengo yo pidiendo guerra prepárate Oz, o en más fresquitas In Love Again de Ives Saint Laurent (regalo de Lía) y en verano nada mejor que los jazmines y los nardos de Beyond Paradyse de Estée Lauder.
Para terminar, algo discreto en joyas y siempre siempre mis pendientes de perlita u otros que me regaló mi queridOz.
Hale, yo ya estoy preparada y Oz se me ha quedado dormido esperando. Me da pena despertarle ¿qué hago, le llamo o no le llamo?.

Una razón por la que adoro a mi maridOz, o cómo se puede estar enamorado de los defectos

Una razón por la que adoro a mi maridOz, o cómo se puede estar enamorado de los defectos Una razón por la que adoro a mi maridOz, o cómo se puede estar enamorado de los defectos

Mi despertador suena a las tres y media, el de Oz, que también me lo adueño, también suena a las tres y media (de la madrugada) . El de Oz suena desde una esquinita del dormitorio y me obliga a levantarme para callar su desagradable pi pi pi piii pi pi pi piii pi pi pi piii. El otro, en cambio, es de esos eléctricos y suena en mi mesilla de noche con un asqueroso zzzuuuuuuummmm interminable, además ofrece la posbilidad de pegarle un manotazo y vuelve a sonar diez minutos después el zzzuuuuuuuummmm, así hasta que le das, aparte del manotazo, a una minúscula palanquita que lo silencia.
Pues bien, he aquí que esta madrugada, como tantas otras, suena un despertador: pi pi pi piii pi pi pi piii pi pi pi piii, me levanto, lo apago y lo acompaño al mullido lecho a la espera de que suene el otro.
Suena el zzzuuuummmmmmm : manotazo, media vuelta, voz de Ozdormido: -Cariño, que te han sonado los dos despertadores.
Yo que respondo: -Cinco minutos más, anda.
Resuena el zzuuuuuuuuuummmmmmm. Oz que me dice: -Venga cielo, levanta.
Yo que respondo: -Ya voy, estoy despierta colocando las ideas en mi cabeza.
Silencio, voz de Ozdormido que dice: -Cariño, levántate y deja de colocar las ideas arrastrándolas que haces ruido-
Pobre, me confiesa que a las seis de la mañana hubo de levantarse harto de dar vueltas y vueltas en la cama.

Se alquila marido virtual, (por venganza)

Se alquila marido virtual, (por venganza) En esta vida lo mejor que me ha pasado fue que Oz me banease de un chat de poesía. Sí, él me baneó, bendita la hora en que lo hizo. No soy masoca, no teman, pero ese ban me dio pie a entablar charlas con un hombre que poco a poco se fue descubriendo como lo que es ahora, la persona con la que comparto y quiero compartir mi vida.
Entre banes y tecleos llegaron las ganas de conocerle. Yo quería venganza ¿creían que estaba enamorada?
Yo quería venganza por ese primer ban, por no saber configurar un correo, por tener faltas de ortografía, por no saber manejar un pc y venganza por que él me daba magistrales lecciones.
Y heme aquí, él pobre sufridor de mis faltas de sueño, mal genio, prisas, embarcadas varias que poco a poco me voy vengando de ese primer ban. Eso sí, Dulce venganza. Para que se hagan una idea, en tiempos ese señor era conocido como Ogro.
Gracias, cariñOz.
Y todo esto venía a que leí un artículo de tautina en el que pide permiso a no sé quién para usar como amigo a su marido. Se me ocurrió que si quiere le presto el mío. Es muy buen amigo.
Alguna virtud tenía que tener ¿no?

No soy una bruja, sólo un poco diablillo

No soy una bruja, sólo un poco diablillo Charlas de cama.
Andábamos anoche mi esposOz y yo en la cama, culo con culo, cada uno para su lado: él con su libro en las manos y yo con el antifaz puesto cuando surgió el tema de las vacaciones.
Ambos tenemos coche así que empezó mi señor esposo a dictaminar:
Él: Yo creo que deberíamos de llevar mi coche.
Yo: Vale (sin ningún entusiasmo)
Él: Es diesel y gasta menos.
Yo: Vale (sin ningún entusiasmo)
Él: Yo voy más cómodo en él.
Yo: Vale (sin ningún entusiasmo)
Él: Ya sé que no corre tanto como el tuyo, pero tampoco necesitamos ir a180Km/h.
Yo: Vale (sin ningún entusiasmo)
Él: Además, a mi me gusta más el color. (ambos coches tienen el mismo color)
Yo: Vale (sin ningún entusiasmo)
Él: ¿te parece bien cariño?
Yo: Vale (sin ningún entusiasmo)
Él: Aunque igual podríamos llevar el tuyo ¿no?
Yo: ¡¡¡vale cariño!!! tú siempre tienes la última palabra, no se hable más, llevaremos mi coche.

Y es que, no hay como dejar que hablen y hablen hasta que dicen aquello que queremos oir.
Yo feliz y él satisfecho de que sus decisiones sean aplaudidas.

Cada uno ve las pelis cuando le da la gana, qué pasa.

Cada uno ve las pelis cuando le da la gana, qué pasa. Cada uno ve las pelis cuando le da la gana, qué pasa.
No, no había visto yo aún " La lista de Schilder ". Ayer por la tarde mi maridOz me invitó a verla, pobre, si lo llega a saber no me invita.
Durante toda la peli me contuve las lagrimillas, pero me dejó mal cuerpo. Lo malo vino al ir a la cama. Me entró una pena tan grande que si por mi hubiese sido habría ido menguando y menguando hasta poner meterme en la tripita de Oz y allí, seguro que hubiese estado mejor.
No sé si me entienden. Además andaba yo en los preludios de la feminidad y eso no ayuda, digan lo que digan. El caso es que me pegué una panzada de llorar, pobre Oz no entendía nada.
Alguna vez, lo he pensado y lo he dicho, si hubiese una guerra, yo me quitaba de enmedio, no soporto el dolor ni el propio ni el ajeno. No soporto las miserias soy muy dura para unas cosas y muy tiernecita para otras, por eso nunca se me ocurriría viajar a paises con problemas, creo que daría hasta la ropas que llevase puestas si veo que son necesarias.

Significado de Plas

Significado de Plas Mi buen amigo el waperas, con su humor comentaba esto la otra tarde.
@erwaperas> yo debería estar en Graná. Había hecho medio-promesa a una amiguita, pero se ha enterao mi plas y dice que si voy me voy a enterar yo... vaya, que plas.
@erwaperas> (plas= jai, chorba, titi, parienta...)
@erwaperas> (plas= al sonido que emite mi rostro cuando la susodicha se cabrea...)

Pensar en masculino obrar, que obren ellos

Pensar en masculino obrar, que obren ellos Ando de cambios en la tienda, como las locas. Cada vez que he de hacer algo como: Cambiar cebadores atornillados, arreglar grifos o bien como es el caso de estos días cambiar los casilleros, de la tienda me cambio el chip, pienso en masculino.
Lo primero que hago es comrpbar que el taladro, la caladora y el destornillador eléctrico funcionan correctamente.
Actuación de una mujer pensando en masculino:
En la ferretería:
100 clavos.
1 metro de bisagra musical, que resulta ser de piano.
100 tornillos (llevo uno de muestra)
15 ensambles que resultan no ser ensambles sino ángulos pero que no son angulares sino planos.
3 brocas para taladrar acero inoxidable, por si se rompe alguna.
3 cuchillas para la caladora que corten acero inoxidable.
Unas gafas para evitar accidentes usando esas cosas de ahí arriba.
Eso por un lado...
En la Fábrica de Aceros y Suministros:
Dos piezas de pletina de acero inoxidable de seis metros cada una de 30x3 , una de ellas
Una pieza de ángulo de acero inoxidable de seis metros cuarenta y cuatro centímetros de 30x30x3
En la carpintería:
Un tablero de 2167x43x2
Un tablero de 2295x43x2
Un tablero de 2328x43x2
Un tablero de 2208x43x2
Luego...
Un tablero de 100x20x2
Un tablero de 1167x20x2
Un tablero de 2295x20x2
Un tablero de 2328x20x2
Un tablero de 2208x20x2
Lo peor es las miradas de los señores obreros en la carpintería y en la fábrica de acero cuando me ven llegar con mi camión ... grrrr
Una vez con eso planteado y sabiendo exactamente qué he de hacer para que todas las piezas encajen, con una claridad de ideas de cómo va a quedar y mil diseños hechos para escoger el mejor...
........ No me queda más remedio que recurrir a un hombre para que me ayude con su fuerza bruta a mover los materiales.
Espero que no se empeñe en pensar cuando yo le diga, eso va ahí y lo otro allí.

Esa celulitis que nos venden ...

Esa celulitis que nos venden ... Me gusta mi cuerpo, es pequeño, redondito, acogedor y además estoy acostumbrada a él. Por mi pasatiempos de ganar dineros mi actividad física es mucha con las piernas, glúteos (eso impide que se acumule grasa) y con la caja toráfica (eso hace que mis pechos se mantengan desafiando la ley de la gravedad).
Resulta ahora que de unos años acá tener celutlitis es señal de abandono, de dejadez y de mal gusto en las mujeres. Y para más güasa resulta que se asocia celulitis a obesidad o sobrepeso y nada más lejos de la realidad. Y lo más lastimoso es que nos lo intenten vender como una enfermedad (Fibrodema Geloide Mucoso Subcutáneo) que nos marginará de los demás como un estigma.
Y yo me pregunto
¿Cuándo se dieron cuenta?
¿Qué sería de Cleopatra con celulitis?
¿Es algo que hace a la mujer mujer menos mujer, menos femenina?
¿Cúanto se embolsan las empresas farmaceúticas a costa de la celulitis ajena?.

Estos días que todos hablan de IraQ ...

Estos días que todos hablan de IraQ ... Lo que pasa es que las mujeres se dejan. Y yo empiezo a plantearme que no es que las demás sean tontas, no, la tonta soy yo.
Lo normal suele ser que la mujer ejerza de ama de casa, ama de llaves llevando el gobierno de las casa, trabaje o no fuera de ella.
Yo siempre he tenido muy mal concepto de la mujer que no ejercía una profesión fuera de casa y que dependía de su amante esposo. Para mí esas eran las tontas que se habían quedado ancladas saliendo del cobijo de sus padres, para pasar al cobijo del esposo. Esas mujeres que ejercen de ama de casa, cuidan de sus hijos, tienen tiempo de ir al gimnasio, de ir a clases de pintura, toman café con otras amas de casa de profesión cuando dejan a sus hijos en el cole.
Luego estamos las mujeres todo terreno. Amas de casa, Amas de llaves, madres, que lo mismo hacemos una tarta de manzana que hemos aprendido a cambiar las bujías del coche, que arreglamos el enchufe roto, que tenemos las habilidades típicas que se le atribuyen a los varones en cuanto a bricolaje doméstico se refiere, y que trabajamos fuera de casa con un horario de ocho horas, cobrando menos (por norma general) que los hombres que ocupan un cargo similar al nuestro.
Gracias mamá. Gracias por hacer de mi una "mujer como dios manda", una mujer capaz de llevar su casa para alante, criar a sus hijos y tener bien planchadas las camisas de mi marido. Gracias por impulsarme a trabajar fuera de casa en ese trabajo que me mata la espalda poco a poco, y en el que me tengo que esforzar tanto, para que mi labor siendo mayor que la de cualquier otro compañero varón, sea reconocida como similar a la de este.
Me enseñaste toooooooodas las mis obligaciones, pero dime ¿dónde se quedaron mis derechos?
Gracias a esas madres que hicieron de sus hijas mujeres listas e independientes.
Y desde aquí, si alguien sabe quién fue la pelandusca que invento lo de la igualdad, que me la presente, que la voy a coger de los pelos y la voy a poner al día. Seguro que ella era un ama de casa aburrida, de no ser así, no habría tenido tiempo para ponerse a pensar esas cosas.
¡Vivan las mujeres tontas que sólo son amas de casa!

Güi, se muá

Güi, se muá Yo quiero ser como la chica de la tele.
Así, feliz, libre, con alegría, guapa, buen cuerpo y en armonía con el universo que me envuelve. Feliz conmigo misma y con mi feminidad.
Pero... qué coño! Estoy hasta el gorro de la feminidad que cada mes viene a revolverme las putas hormonas, a cambiarme el carácter y a hacer que odie a la humanidad. Por más que pruebo a comprarme nuevas marcas de compresas femeninas, ni vuelo, ni respiro, ni me siento fina y segura, ni me da la gana de estar de buen humor.
¿A qué huelen las nubes?

Mujeres de armas tomar

Mujeres de armas tomar La especie humana aparte de dividirse en dos géneros, a saber, femenino y masculino, tiene subdivisiones infinitas.
Pero como no me gusta hablar de lo que no conozco, me centraré en el género femenino.
Hay mujeres y hembras.
Hay mujeres (¿no tiene Oz un poema que se llama así?) que escriben su vida como les enseñaron, con buenas maneras, con miedo a lo desconocido y con sumisión al varón.
Y luego, están las hembras, esa mutación de las mujeres, tozudas, perseverantes, estrictas, valientes, rebeldes, guerrilleras de ojos que no se esconden y grandes. Pero no necesariamente grandes de tamaño, no, sino grandes alma e inquietudes, grandes de coraje. Grandes cómo no, de nombre nunca se llamarían MariPili, Martita, Susanita, Antoñita, Juanita o Manolita.
Son esas mujeres que cada día se plantan delante de la vida y la invitan a fuerza de capotazos, a que se les arrime sin miedo a recibir ninguna corná, que pese a haberlas, estas mujeres saben bien cómo remendarse las heridas.
Juana es una de estas hembras, de una pieza. Se enfrenta a las autoridades en una pelea justa, limpia mocos de chiquillos que salen a su paso, y no se le caen los anillos por limpiar retretes para conseguir adeptos a una causa que ella considere importante.
Tan hembra, que la echaron del pueblo las autoridades, hombres que temblaban cuando ella entraba en la casa consistorial.
Se peleó hasta con el cura, ella salió perdiendo, la echaron, pero la corná se la llevó el párroco.
Yo la recuerdo con cariño y orgullo de haber tenido trato con ella.
Recuerdo a mi hermana cosiendo a máquina los hábitos de las monjas nuevas, mientras Sor Juana (que odiaba coser) con los hábitos arremangaos poniendo un zócalo al portal de mi casa martilleaba y decía:
-Estas novicias cada vez son más sumisas, así no resolverán ningún problema, una no se puede achicar ante el alcalde ni ante nadie si quiere tirar p´alante. Y la que se crea que rezando va a quitar el hambre o va a restaurar la luz y agua de alguien por falta de pago, que recen, que recen y que no coman hasta que ese alguien tenga luz.
Mi madre, aveces le decía que no sabía cómo no se había casado, que habría hecho feliz a cualquier hombre. Ella le contestaba: -Seguro que sí, Dolores, seguro que sí, pero que no cualquier hombre sería capaz de hacerme feliz a mi.
Aquel alcalde, que consiguió que se la llevansen del pueblo era apodado Pepe el Católico.

Ceguera selectiva

Ceguera selectiva He detectado a lo largo de los años una enfermedad extraña en algunas personas, más en hombres que en mujeres.
Se llama ceguera selectiva. ¿Me entienden?. Es ese tipo de ceguera que impide a las personas ver determinadas cosas que para los que les rodean son evidentes.
A ver, que pondré algún ejemplo; Tanto en el caso de féminas como de varones los enfermos padecen esta enfermedad en el ámbito doméstico. Es decir, pueden pasar diez veces por un tendedero lleno de ropa seca y no verlo. O bien pueden ver sobre su lado de la cama dicha ropa planchada y doblada y no verla. No sé si me captan ...
Por supuestoooo que no es el caso de mi maríooo, ejem.
En el género de las féminas esta disfunción se da en en determinadas personas a lo largo de la vida, en el periodo en el que ejercen como son "hijas" o sea, cuando viven mantenidas por sus padres bajo el mismo techo. Esta atrofia ocular es muy similar a la de los varones. En cambio cuando se independizan, si se van a cohabitar con un varón se corrige de forma automática y pasan a sufrir la del varón con quien conviven, pasando la atrofia femenina a desaparecer.
Esa esporádica cuaración que sufre la fémina es inversamente proporcional a la acentuación que sufre su pareja y que heredaran los hijos mientras que vivan bajo el mismo techo que los padres.

Dímelo cantando

Dímelo cantando En mi familia, las hembras siempre hemos tenido los ovarios muy bien plantaos.
No se trata de justificar la manera de ser de las mujeres actuales, pero vamos, baste como ejemplo, lo que ya mi abuela y su comadre (madrina de bodas) les hicieron en una ocasión a mi abuelo y al padrino de bodas.
Hablamos pues de mmm.... del año 1928 en un pueblecito del Sur de España. En este pueblecito las distracciones para los hombres eran más bien escasas, ni tele, ni radio, y sexo en casa, lo justo (mi abuela tuvo ocho hijos y varios abortos en menos de veinte años de matrimonio). Así que no eran pocos, pues, lo hombres que se iban al "puticlub" del pueblo, casa de jembras, con el fin de pasar un rato agradable con una mujer sin que esto incrementase la familia, que a la abuela cada vez que le tocaba una teta el abuelo, se quedaba encinta.
Cuentan las más mayores de la familia que una noche el abuelo y el padrino, se fueron de jembras diciendo a sus respectivas esposas que iban al bar con otros varones. A esto, que pasó el hombre del carrito, uno que vendía chucherías por las calles llamando de puerta en puerta, y las dos esposas le pidieron el favor de que fuese a ver si sus amantes maridos estaban en el bar ... ¿o dónde?. Al final, el hombre del carrito, accedió y fue al bar, pero allí no estaban, así que fue a la casa de jembras donde encontró a los dos hombres sentados en una mesa cantando con más amigos y alguna mujer de la mala vida.
Ya que estaba allí el hombre del carrito, hizo negocio vendiendo almendras y alguna otra golosina, y volvió a casa de la abuela, donde estaban aguardando las esposas noticias de sus maridos.
Quedaron estas bien informadas. De quiénes estaban en aquella mesa, quiénes cantaban (los maridos), qué cantaban y de cuántas jembras había allí .
Indignadas ambas por la mentira, decidieron esa noche en vez de dejar atrancada la puerta de la casa con una silla, cerrar a cal y canto y que los cantantes no pudieran entrar, y así lo hicieron.
Cuando los maridos llegaron (vivían en la misma calle, una casa en frente de otra) se encontraron con que ninguno de ellos podía entrar a su respectiva casa, así que empezaron a llamar a sus respectivas esposas por la ventana:
-Dolores, que has cerrao la puerta sin darte cuenta, ábreme, mujer.
-Dímelo cantando - respondió la esposa, y él asombrado le dijo.
- ¿Cantando a estas horas de la madrugá?.
-Sí, cantando, como tú sabes.
El abuelo no daba crédito a la petición de la abuela, algo parecido sucedía en la acera de enfrente. Los dos hombres se miraban, perplejos e insistían.
-Pero mujer ¿qué quieres que te cante?.
-Ah, pues tú sabrás, pero si quieres entrar, canta, dímelo cantando.
Así que tanto uno como otro empezaron a cantar en las ventanas correspondientes, lo primero que se les venía a la cabeza.
-Esa no, esa no, la otra, con esa no te abro.
-Pero mujer qué quieres que te cante, dímelo.
- Pues esa, que tú te sabes, esa que tanto te gusta cantar.
Por más que ambos se estrujaban las meninges, no se les ocurría cantar lo que en la mesa de la casa de jembras habían cantado y solo obtenían por respuesta:
-Esa no, esa no, la otra que tú te sabes.
Pasaron los hombres esa noche en la calle y cuentan que muchas de las siguientes las pasaron en el corral uno de ellos y el otro, más afortunado, tenía cuadra y por lo menos pudo pasarlas a cubierto.
Hoy es el día, en que como broma entre personas de la familia, cuando una llama a la puerta de otra, la de dentro dice aquello de.. "Dímelo cantando".