Relación epistolar I
Carta de Doña Manolita (virtuosa dama solterona a sus 28 años, vendedora de telas) a Don Cayetano ( Caballero Fotógrafo del pueblo y sabio que se maniene soltero a los 35 años).
Estimado Don Cayetano:
Le escribo estas letras, a fin
de intentar calmar su temores
acerca de mi "supuesta enfermedad".
No debe usted preocuparse
querido Don Cayetano,
de mis sofocos, y mis temblores
Ay Don Cayetano !
cómo no voy a temblar y sonrojar
si cuando estoy a su lado
se me encienden las carnes
si me tiemblan las piernas...
Ay Don Cayetano!
Lo que yo daría
por que me tratase usted,
no como dama, sí como hembra.
Ay Don Cayetano!
la ilusión que a mí me haría
que usted me retratase en sepia,
como a esas hembras de las fotografías
en vez de colocar las puntillas
que a mi barbilla llegan,
halagando la tela que las siguiera..
desatasen sus manos
habilidosas los lazos que
a mi cuerpo, ciñen las ropas.
Ay Don Cayetano!
lo que yo daría
que soltase mi pelo,
que sacase mis pechos de los ropajes
que alzase mi falda
que abriese mis piernas
y así, medio desnuda
despeinada..
Ay Don Cayetano!
me retratara.
Ser para usted una hembra,
no una dama y sentir
que mis carnes se despertaran.
Ay Don Cayetano!
qué ilusión me haría
yo sumisa en el lecho
me entregaría,
que a su boca fueran
mis pechos néctar
asideros mis nalgas
para sus manos
y mis partes pudendas
fueran el coño
Ay Don Cayetano!
donde usted hallase
la senda a seguir
al acostarse.
Ay Don Cayetano!
lo que yo daría
por sentir en mis nalgas
de madrugada enhiesto eso,
que las damas dan en llamar
aquello con que cumplen,
su débito conyugal.
Ay Don Cayetano!
y como la hembra de la postal
aferrarme a su verga
Ay Don Cayetano!
y por fin, descansar.
Alucía
Estimado Don Cayetano:
Le escribo estas letras, a fin
de intentar calmar su temores
acerca de mi "supuesta enfermedad".
No debe usted preocuparse
querido Don Cayetano,
de mis sofocos, y mis temblores
Ay Don Cayetano !
cómo no voy a temblar y sonrojar
si cuando estoy a su lado
se me encienden las carnes
si me tiemblan las piernas...
Ay Don Cayetano!
Lo que yo daría
por que me tratase usted,
no como dama, sí como hembra.
Ay Don Cayetano!
la ilusión que a mí me haría
que usted me retratase en sepia,
como a esas hembras de las fotografías
en vez de colocar las puntillas
que a mi barbilla llegan,
halagando la tela que las siguiera..
desatasen sus manos
habilidosas los lazos que
a mi cuerpo, ciñen las ropas.
Ay Don Cayetano!
lo que yo daría
que soltase mi pelo,
que sacase mis pechos de los ropajes
que alzase mi falda
que abriese mis piernas
y así, medio desnuda
despeinada..
Ay Don Cayetano!
me retratara.
Ser para usted una hembra,
no una dama y sentir
que mis carnes se despertaran.
Ay Don Cayetano!
qué ilusión me haría
yo sumisa en el lecho
me entregaría,
que a su boca fueran
mis pechos néctar
asideros mis nalgas
para sus manos
y mis partes pudendas
fueran el coño
Ay Don Cayetano!
donde usted hallase
la senda a seguir
al acostarse.
Ay Don Cayetano!
lo que yo daría
por sentir en mis nalgas
de madrugada enhiesto eso,
que las damas dan en llamar
aquello con que cumplen,
su débito conyugal.
Ay Don Cayetano!
y como la hembra de la postal
aferrarme a su verga
Ay Don Cayetano!
y por fin, descansar.
Alucía
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