El placer de los Viernes
Uno de los placeres con los que me regalo cada Viernes es el que me poporciona, tras una ducha, meterme en la cama con las sábanas requeteplanchadas y estiradas cual lienzo. El simple hecho de sentir su su tacto en mi piel hace que el comienzo del fin de semana se asemeje a una fiesta para los sentidos en la que el silencio y la paz reinan inundando el alma. A eso hay que añadir la compañía de una piel que apetece.
Y para mejor adormecerse, asemejando el murmullo del arroyuelo que fluye, las olas del mar o la brisa en los árboles, la chucha roncando al lado.
Y para mejor adormecerse, asemejando el murmullo del arroyuelo que fluye, las olas del mar o la brisa en los árboles, la chucha roncando al lado.
5 comentarios
Amandaefectos retardaos -
Hasta la perra salió al amo, concierto de perra-amo en si bemol argentinita, jajajaja!
Patada a la perra y al amo, como hacían los Picapiedras, puerta cerrada y yo a mismir.
Tú qué harías cheeee?¿
Ericilla -
Bueno no he abierto el enlace, pero seguro que es su chucho que lo afemina con la a. Es que hay que reivindicar el género pol dios!
Muchos bezos, que toy diseminá por el camino(en sabe Dios qé idioma).
Y sí sí, qué bello placer ese tacto de las sábanas, juas!
eMe -
traduce, traduce
*traducí, che*
Manuela -
eMe -